Leonardo Briones fue un capitán marítimo que se involucró en el narcotráfico debido a sus conexiones con Colombia y México, según los informes de inteligencia. Se unió a la persona conocida como Loco Ovidio para enfrentarse a Los Choneros.
Aunque ha habiendo presentado quejas ante la Fiscalía desde 2014, el nombre de Leonardo Briones Chiquito, conocido como Mexicano, pasó desapercibido hasta el año 2025. Fue asesinado el miércoles 16 de julio por la tarde en Manta, junto a su esposa y dos guardaespaldas.
Según las primeras indagaciones, las víctimas se desplazaban en camionetas blindadas cuando fueron interceptadas por hombres que vestían uniformes militares y dispararon 39 veces. Los atacantes emplearon fusiles de calibre 7,62 y pistolas de nueve milímetros.
Las autoridades consideraban a Briones un objetivo de mediano nivel. El coronel Giovanny Naranjo, jefe de la policía en Manabí, declaró que el individuo era el líder de la organización criminal Los Lobos y se sospecha de un posible ajuste de cuentas. Añadió que los guardaespaldas eran exmilitares, y se investiga su relación con el caso.
Naranjo indicó que uno de los guardaespaldas había tenido una relación con una funcionaria de la Fiscalía. Esto también generó dudas sobre posibles filtraciones de información, señaló el oficial.
Sin embargo, fuentes de la Inteligencia policial mencionan que el alias Mexicano era un narcotraficante independiente, vinculado a Los Lobos y rival de Los Choneros. Comenzó como capitán de un barco que transportaba cocaína. Sus conexiones y las rutas que tenía con Colombia y México lo llevaron a convertirse en un narcotraficante de renombre, gracias al considerable poder económico que logró acumular.
En la Superintendencia de Compañías, Briones se desempeñaba como director de una firma dedicada a la venta mayorista de mariscos, la cual fue fundada en 2019. También figura como director de otra empresa de tipo similar.
Su esposa, Génesis M. , quien fue asesinada junto a él, tiene registrada a su nombre dos firmas: una relacionada con la construcción y otra con la venta de mariscos. Además, poseía tres propiedades en Manta, que tienen un valor de 173 282 dólares, 73 700 dólares y 67 716 dólares.
De acuerdo con informes de Inteligencia, Briones formó una alianza con alias Loco Ovidio, un narcotraficante considerado un actor independiente (que no está vinculado a ningún grupo criminal) para hacer frente a Los Choneros. Ambos contaban con dos hombres de confianza: Trance y Chumado, quienes establecieron lo que se conoce como el grupo Los Pepes.
A esta organización delictiva se le responsabiliza por un ataque en un club nocturno, que sucedió solo diez horas después de la muerte de Briones. El tiroteo resultó en cinco fallecimientos. En el lugar, se halló un volante con el nombre del grupo y una granada de tipo militar.
En 2024, Los Pepes también dejaron otro aviso tras el asesinato del décimo agente de tránsito de Manta. Esta institución ha sido mencionada en las últimas semanas debido a sus conexiones con Los Choneros.
Según Inteligencia, alias Chumado o Colores, logró escapar de la prisión El Rodeo en 2016 junto a Loco Ovidio. Es su segundo al mando y trabaja con el cartel mexicano Jalisco Nueva Generación. También tiene vínculos en Colombia con grupos de narcotráfico y disidencias para formar sicarios.
Alias Chumado, en el conflicto con Los Choneros, fue el responsable del secuestro de Michelle M. P. en noviembre de 2021, así como del ataque con explosivos contra Jair M. P. , que sucedió en 2022 frente a su residencia en Manta. Ambos son hijos del líder Fito, quien está a la espera de ser extraditado a Estados Unidos.

Los Pepes surgió de una alianza entre dos narcotraficantes independiente en Manabí.
El hombre en quien Briones confiaba, conocido como Trance, ocupaba el puesto de jefe de seguridad, actuaba como su brazo armado, realizaba tareas de sicario y se encargaba de las cobranzas. Otra de las teorías, señala que el mismo grupo relacionado con la red participó en el asesinato del Mexicano y, de esta manera, Trance avanzó en su posición.
La disputa entre Choneros y Lobos y su incidencia en el aumento de la violencia en Manabí
Desde la década de los 90, Manabí se estableció como un refugio para el grupo delictivo Los Choneros. Tras el fallecimiento de Teniente España, su fundador, y de Jorge Zambrano, conocido como Rasquiña, la organización pasó a estar bajo el control de José Adolfo Macías Villamar, apodado Fito.
Fito mantenía el control de los negocios ilegales incluso desde la prisión donde se encontraba. Escapó en enero de 2024 y en junio de 2025 fue recapturado en un escondite en la residencia de su segundo al mando, Christian M.
Desde su huida, y al estar en la clandestinidad, la organización criminal empezó a debilitarse, según especialistas en seguridad como Daniel Pontón y Kléber Carrión. Esta situación fue aprovechada por Los Lobos, una banda rival.
El enfrentamiento entre ambas agrupaciones ha incrementado la violencia en la región. Según datos de la Policía Nacional, entre enero y julio de 2025 se reportaron 620 homicidios. En comparación, en 2024 ocurrieron 445 casos y en 2023, 463.

El 16 de julio de 2025, ocurrieron dos masacres: el asesinato de Briones, su pareja y dos guardianes, así como el ataque al Night Club. En contraste, el 15 de julio en Puerto López se encontraron los cuerpos enterrados de cinco jóvenes de Mantente que habían sido reportados como desaparecidos.
Los cadáveres estaban atados, en avanzado estado de descomposición y presentaban heridas de bala.
Los capos que han operado en Ecuador desde el anonimato hasta su caída
Leonardo Briones, conocido como Mexicano, se convirtió en un narcotraficante en un corto periodo. Actuaba de manera autónoma y, gracias a la riqueza que había acumulado, se llamaba a sí mismo empresario, de acuerdo a lo indicado por fuentes de las fuerzas de seguridad.
En el ámbito judicial, se registró que Briones fue condenado a diez años en septiembre de 2024 por su participación en delincuencia organizada. Sin embargo, se encontraba bajo medidas cautelares de presentación periódica debido a que había un proceso de apelación en curso.
Los documentos indican que la Fiscalía lo acusó de liderar una organización financiera y logística para el transporte de cocaína por tierra en Manabí. La droga era enviada en embarcaciones rápidas hacia Centroamérica y América del Norte.
Trabajando de manera independiente, según un agente de inteligencia, Briones era uno de esos capos que operan en las sombras. El funcionario policial explicó que individuos como él comienzan como capitanes de embarcaciones que transportan narcóticos y, con el tiempo, asumen posiciones dentro de distintas organizaciones.
Por ello, Briones mantenía vínculos directos con Colombia y México. De acuerdo con el agente, estos operativos independientes suelen alinearse con grupos criminales locales específicos. En el caso de Mexicano, sus conexiones eran con Los Lobos y un líder criminal que dio origen a Los Pepes.
Otros criminales que llevaron una vida delictiva en el anonimato incluyen a Washington Prado, conocido como Gerald o el Pablo Escobar ecuatoriano, y Wilder Sánchez Farfán, apodado Gato Farfán. Ambos fueron detenidos en Colombia en 2017 y 2023 respectivamente y luego extraditados a Estados Unidos.
Las autoridades localizaron a Gerald en 2017 tras investigar un homicidio en Manabí. Según el sitio especializado Insight Crime, Prado operaba de forma autónoma y estableció vínculos con Fito al contratar a su grupo, Los Choneros, para la protección y resguardo de la droga.
Por otro lado, Gato Farfán, cuyo historial delictivo se remonta a 2010, estuvo asociado con Telmo Castro, un exmilitar vinculado al cártel de Sinaloa que fue asesinado.
Las investigaciones revelaron que Gato Farfán estableció laboratorios de transformación de cocaína en Ecuador. Con el tiempo, fue ascendiendo en el crimen. El agente de inteligencia mencionó que Farfán se presentaba como empresario, involucrándose en negocios y recurriendo a los grupos criminales únicamente cuando necesitaba recurrir a la violencia o mostrar su poder.
El agente comentó que el enfoque en ciertas organizaciones delictivas reconocidas ha contribuido a que ganen notoriedad mientras que los capos que operan de manera independiente permanecen en el anonimato.
FUENTE: ECUAVISA