El 28 de marzo pasado, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pidió 16 millones de dólares para apoyar a 1,2 millones de individuos impactados por el sismo que golpeó Myanmar, causando al menos 3.000 fallecimientos y 5.000 lesionados.
Durante la semana inicial después del desastre, ACNUR consiguió establecer asistencia para 25.000 individuos en las zonas de Mandalay, Sagaing, Bago, la capital Naipyidó y algunas regiones del estado Shan, a pesar de los obstáculos de acceso reportados por Naciones Unidas.
«Estamos movilizando recursos para apoyar a otras 25.000 personas, pero requerimos apremiante sustituirlos para atender las grandes necesidades en zonas impactadas por el seísmo y que ya han sufrido cuatro años de conflicto y desplazamiento», destacó Baloch.
El sismo agravó la grave crisis humanitaria en Birmania, donde se encuentran desplazados internos 3,3 millones de individuos a causa del conflicto y la inestabilidad política desde el golpe de Estado de 2021. La zona de Sagaing, que ha sido una de las más impactadas por el terremoto, acoge a más de 1,2 millones de personas desplazadas internamente.
ACNUR enfatizó la urgencia de reemplazar recursos vitales, tales como lonas, utensilios de cocina y artículos de emergencia, para asegurar la ayuda a las comunidades más desprotegidas. Además, la agencia tiene como objetivo fortalecer los servicios de protección, que incluyen asistencia psicosocial y asesoramiento jurídico, al tiempo que promueve un acceso humanitario seguro a las áreas impactadas.
Fuente: teleSUR

