El activista del correísmo sigue en fuga, luego de eludir cinco operativos policiales.
La Fiscalía se apresta a presentar cargos contra el asambleísta Santiago Díaz por el abuso de una menor. No obstante, el miembro del correísmo sigue en la clandestinidad, después de eludir cinco operativos de búsqueda.
Santiago Díaz ha pasado de ser un espía a estar oculto. El asambleísta de la Revolución Ciudadana, quien estuvo cuatro años en la clandestinidad de la inteligencia estatal bajo el correísmo, ahora utiliza esas habilidades para su propia ventaja y ha conseguido escapar de la justicia. Es probable que haya abandonado el país.
Se presentó ante las cámaras, por última ocasión, en la Asamblea Nacional, el lunes de la semana anterior, cuando el progenitor de la joven de trece años presentó una acusación en su contra por agresión sexual.
Los organismos pertinentes comenzaron la investigación a raíz de la acusación de violación. La Policía y la Fiscalía pusieron en marcha los procedimientos de indagación. Se solicitaron los análisis ginecológicos de la víctima y se procedió a tomar su declaración anticipada en una cámara gesell.
En la teoría, todo se gestionaba con confidencialidad. Los investigadores no anticiparon que se violaría este principio y que la información se filtraría: al día siguiente, la acusación comenzó a circular en las redes sociales, lo que llevó a Díaz a solicitar unas vacaciones, dejar de asistir al palacio legislativo y evadir la atención de los agentes.
Las autoridades intentaron localizarlo y esa misma noche realizaron allanamientos en tres domicilios, incluido el suyo: encontraron únicamente 10 de sus teléfonos móviles. La búsqueda continuó y las acciones de investigación señalaban que Díaz estaba oculto en una casa en Otavalo, donde se instaló vigilancia. También en una finca en Pintag, en las afueras de Quito. Ambas propiedades pertenecían a su familia.
La noche del viernes se llevaron a cabo nuevos allanamientos, pero se confirmó que había logrado escapar. Logró eludir al grupo de búsqueda y a la policía que operaba en Imbabura y Carchi, que se encargan del corredor hacia Colombia. También logró sortear los controles migratorios. Desde ese momento, el gobierno lo incluyó en un plan de recompensas.
La semana que viene se le procesará penalmente en ausencia.
FUENTE: ECUAVISA