En Quito, la oscuridad revela la existencia de quienes viven en la calle. A poca distancia del Centro Histórico, se encuentran en aceras y puentes, rodeados de cartones y sustancias.
Moisés Cáceres
En el 24 de Mayo, muy cerca del corazón del Centro Histórico —un sitio turístico y representativo de Quito— los habitantes de la calle se hacen visibles cuando anochece. Debajo de un puente peatonal, tres hombres tratan de soportar el frío. Uno se coloca sobre una plancha de metal, mientras que los otros dos se recuestan en las paredes de concreto. Con las manos en los bolsillos y el cuello encogido, intentan evitar que el viento les toque la piel. No solicitan dinero, solo piden agua.
La vida de los habitantes de calle entre frío, basura y adicciones en Quito
Los grupos del Patronato San José patrullan las calles diariamente desde las 05:00 hasta las 23:00. Su labor consiste en acercarse, dialogar, recoger información y acompañar a aquellos que residen en el espacio público.
En los balcones de edificios deshabitados se encuentran cuerpos encogidos. Más abajo, en las grutas cerca del Machángara, hay evidencias de quienes se han ido recientemente: paredes cubiertas de hollín, pipas artesanales, un balón embarrado, y una biblia levantada “para protegerla de la suciedad y el fuego”. El aire tiene un olor intenso a basura húmeda, desagüe y excremento.
Carlos y Javier —nombres alterados— son parte de esta situación. Carlos, originario de Colombia, llegó a Quito ya como adicto y mencionó que su hermano enfrenta un problema similar en otra área de la ciudad. Por otro lado, Javier ha estado viviendo en la calle durante años. Nunca acepta asistencia, pero permite que lo visiten. Junto a él hay tazas quemadas, pipas improvisadas y una mochila muy usada.
Los especialistas comentan que cada individuo tiene sus propias razones para estar en esta situación: adicciones, falta de apoyo familiar, violencia en el hogar o rupturas que dejan a las personas desamparadas. “Cualquiera puede convertirse en un habitante de la calle por una mala elección o una crisis que lo expulse del sistema,” explica uno de ellos durante la inspección.
En tres años Quito pasó de 793 a 3 942 habitantes de calle
En 2022, un informe oficial registró a 793 personas sin hogar en Quito. Tres años más tarde, hasta junio de 2025, esa cifra subió a 3 942 individuos. La variación totaliza 3 149 más, lo que refleja un aumento del 397 %
.La ciudad tiene una población de 2,8 millones de personas, de acuerdo al INEC, y aunque la proporción de quienes viven en la calle parece reducida, el aumento resalta un problema que ya no es marginal.
Los especialistas afirman que reconocen prácticamente a cada individuo en esta situación. Identifican los puntos de concentración con nombres y rostros, y saben quién acepta algún tipo de asistencia y quién la niega.
Los ‘hoteles de droga’ y la muerte en las calles de Quito
Los especialistas ponen de relieve la existencia de lo que se conocen como “hoteles de droga”, lugares ocultos donde se abona por un espacio y un sillón para consumir durante largas horas.
En sus recorridos también se enfrentan a situaciones extremas: personas que fallecen en sus brazos por sobredosis o cuerpos hallados al amanecer, cuando las bajas temperaturas del invierno causan hipotermia.
Entre las narrativas se encuentra la de una mujer cubana que, tras un divorcio, decidió no regresar con su familia y optó por quedarse bajo un puente. También está la historia de un exrector de una prestigiosa escuela de Quito que lo perdió todo debido a la adicción y murió en la calle. “La familia pudo reconocer el cuerpo en automóviles de lujo”, relatan.
Albergues y talleres que intentan devolver dignidad en Quito
La localidad tiene un sistema de apoyo que abarca refugios provisionales, comedores sociales y programas de reintegración.
Los especialistas comentan que en estos lugares proporcionan alimentos, apoyo psicosocial y hcapacitaciones. Aceptan que un gran número de personas en situación de calle rechazan la asistencia, pero siguen intentando llegar a ellos con la ilusión de que eventualmente acepten dejar esa forma de vida.
Lo que consumen los habitantes de calle
Los especialistas comentan que, en general, las personas sin hogar utilizan base, guanchaca e inhalan pegamento para hacer frente al frío del exterior.
Además, están al tanto de los individuos en el Centro de Quito que les brindan alimentos sin costo y que se convierten en fuentes de apoyo para subsistir.
Al concluir el recorrido de la noche del 19 de agosto de 2025, soltaron una frase que resume todo lo observado en las calles: “Cualquiera puede terminar siendo una persona en situación de calle”.
FUENTE: ELCOMERCIO