El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer tarifas aduaneras a las importaciones de todos los países el 2 de abril de 2024, impactará mucho más allá de las fronteras de ese país, poniendo en peligro el desarrollo económico a nivel mundial.
Las acciones, que se implementarán entre el 5 y 9 de abril de 2025, contemplan tarifas internacionales de, al menos, el 10% para todas las importaciones a Estados Unidos. Sin embargo, existen naciones como Vietnam, Camboya, Sri Lanka, Myanmar y Laos que abonarán tarifas que superen el 40% para ingresar a ese mercado.
Es importante comprender que los aranceles son tributos que un país impone a un producto importado, generalmente es un porcentaje adicional que se aplica en proporción al valor del producto.
Daniel Legarda, ex ministro de Comercio Exterior, sostiene que las tarifas aduaneras impuestas por Trump son acciones nunca antes vistas y que desmantelan el sistema de comercio global que ha dominado el mundo desde la posguerra.
El impuesto recíproco del 10% que Ecuador abonará se sitúa en el nivel más bajo de la presión arancelaria de Estados Unidos, lo que ha generado una sensación de alivio para los exportadores de Ecuador. «Indudablemente, podría haber sido un panorama más adverso», afirma Legarda.
Consumo se reduciría por los altos precios
Sin embargo, lo mencionado anteriormente no implica que no exista un impacto, que podría derivarse en una disminución del consumo de productos ecuatorianos y no únicamente en el mercado de Estados Unidos, afirma Legarda.
En realidad, el Banco Mundial anticipaba un incremento del 2,7% para la economía global, sin embargo, las acciones arancelarias de Trump hacen pensar que será inferior, si no se produce una recesión.
«Es una acción (los aranceles de Trump) donde nadie se beneficiará. Todos los estudios económicos indican que estas acciones van a disminuir el desarrollo económico global, impactarán en la inflación y aumentarán los gastos de los fletes en el transporte por mar», afirma Legarda.
El panorama se vuelve complejo debido a que las acciones arancelarias de Trump incrementan el nivel de la guerra comercial, agudizando las reacciones de las grandes potencias ante sus tributos.
Por ejemplo, Canadá ya declaró que aplicará un gravamen del 25% a los automóviles importados de Estados Unidos que no están incluidos en el Tratado de Libre Comercio que sostiene con esa nación.
La Unión Europea, que impondrá un gravamen adicional del 20%, también tiene el potencial de dañar a Estados Unidos, atacando productos y servicios, incluyendo las «grandes tecnologías» como Apple y Meta mediante acciones contrapuestas.
Sin embargo, el propósito de las potencias sería más convencer a Trump para que haga negociaciones.
En cualquier circunstancia, las acciones representarán un impacto en el gasto de los consumidores, tanto internos como externos de Estados Unidos, lo que podría impactar en el consumo mundial de bienes y servicios, incluyendo los de Ecuador.
Qué persigue Trump
Trump ha argumentado que su reciente política comercial representará una «declaración de autonomía económica» de Estados Unidos y sostiene que persigue un trato más equitativo, ya que el mundo ha estado aprovechándose de su nación durante un largo periodo.
Sin embargo, también los emplea como herramienta de negociación con sus adversarios, muchos de los cuales eran naciones que, hasta su llegada a la presidencia, eran vistas como aliados y socios comerciales de Estados Unidos. El objetivo de Trump es disminuir el déficit en la balanza comercial con dichas naciones debido a que su déficit de balanza comercial es considerable.
Además, los aranceles son un componente crucial de las estrategias económicas de Trump, ya que producirán ingresos con los que aspira a disminuir el déficit fiscal de USD 1,6 trillones que alberga su presupuesto. «Tienen un propósito de recaudación».
Un tercer propósito de estos tributos es fomentar la industria de manufactura en Estados Unidos y, de esta manera, salvaguardar el empleo.
Trump sostiene que en las últimas décadas, las industrias de Estados Unidos han eliminado numerosos puestos de trabajo, favoreciendo a compañías de naciones como México o China. «El objetivo de (Trump) es incrementar la producción local y las fábricas en Estados Unidos», afirma Gonzalo Cucalón, economista.
Qué medidas puede tomar Ecuador
En la situación actual, Legarda considera que el encuentro directo, aunque no oficial, entre Daniel Noboa, presidente de Ecuador, y Donald Trump, representa una señal positiva y de gran valor.
«Mantener una puerta abierta es una señal positiva», afirmó Legarda y considera que el gravamen del 10% para Ecuador evidencia el positivo periodo en las relaciones con Estados Unidos.
Esto no sucede con Venezuela, a la que Trump impuso un gravamen del 15%, ni con Nicaragua, que abonará un 18%.
Legarda propone que Ecuador conserve esa sólida relación con Estados Unidos para poder hacer acuerdos con el objetivo de negociar esos aranceles.
Adicionalmente, sostiene que es importante entender que podrían surgir dos asuntos molestos a futuro, en el contexto de la segunda vuelta electoral en las elecciones presidenciales que tienen lugar el 13 de abril.
Estados Unidos podría interpretarlo de manera equivocada si Ecuador reconoce al régimen venezolano de Nicolás Maduro y si Ecuador incrementa los aranceles para los productos importados de Ecuador, tal como sugiere la aspirante a la Revolución Ciudadana, Luisa González. Legarda sostiene que son dos políticas que podrían perjudicar a Ecuador en el contexto mundial actual.
Fuente: Primicias