A menos de 48 horas del inicio de la ceremonia de elección del sucesor del difunto papa Francisco y mientras se finalizan los preparativos en la Capilla Sixtina del Vaticano, se percibe el conflicto por la dirección de la Iglesia Católica a escala global, que no está libre de la realidad política global y la aparición de movimientos de extrema conservación y ultraderecha.
En estas circunstancias, Leonardo Boff, filósofo, teólogo y ecologista de Brasil, reconocido como uno de los «padres» de la teología de la liberación católica en América Latina, manifiesta que existen expectativas respecto a la elección de un papa de las nuevas iglesias del Sur Global: “el cristianismo europeo está agónico. Existen iglesias cerradas debido a que ningún creyente acude a ellas.
Por otro lado, indica que «en Américas se está forjando un cristianismo-origen que ya no es más un reflejo de los europeos». En este contexto, Boff enfatiza que «tras más de 500 años de presencia cristiana emergieron nuevos rostros de Iglesia, la Iglesia en el núcleo de los creyentes, obispos desposeídos, ya no residiendo más en palacios sino en el núcleo urbano, sacerdotes que residen en las periferias, una gran cantidad de movimientos laicos que adoptan su autonomía, y numerosas religiosas que residen en el interior de la Amazonía».
Dentro de los mencionados como herederos del Papa Francisco, se destaca al cardenal Tagle de Manila, «que sigue totalmente el camino del Papa Francisco de una Iglesia pobre y especialmente de los más desfavorecidos»; al cardenal italiano Matteo Zuppi, «que habita en una comunidad cristiana, asiste al palacio en bicicleta, promueve de manera clara a todos los excluidos de la sociedad y una Iglesia de todos sin distinciones» y al cardenal Pietro Parolin, «Presidente del Estado y gran amigo del
No obstante, el intelectual de Brasil insta a no ser «ingenuos» y alerta acerca de las disputas internas en la Iglesia Católica. En este punto argumenta que «el tema del poder también resuena en el Cónclave» y «existen ultraconservadores como los cardenales Robert Sarah de Guinea, el cardenal Leo Burke de Estados Unidos y el cardenal Gerhard Müller de Alemania que proponen una Iglesia altamente conservadora, una auténtica cisterna de aguas muertas».
Estos clérigos «rechazan todas las reformas realizadas y oficiales», subrayan «la exclusión de las mujeres» y «desean retornar a la misa en latín con el sacerdote frente al pueblo», indica el intelectual.
Un elemento resaltado por Boff es la presencia de la organización conspiratoria Red Hat Report, que no solo obtiene financiación y respaldo de católicos conservadores que incluyen a magnates vinculados a Trump y al extremadamente conservador Brennan. De acuerdo con la denuncia, esta organización «aprovecha los servicios de la CIA y del FBI para recolectar información de la vida privada de cardenales progresistas con el propósito de manipularlos y viciar el Cónclave.» El propósito establecido es «no votar por un Papa progresista, incómodo con la dirección gubernamental y optar por un conservador que esté alineado con las políticas autoritarias de la administración actual».
No obstante, también resalta la presencia de «ciertos cardenales más avanzados, en términos de alinearse con el mundo contemporáneo; otros avanzados más críticos con las modernidades temen contaminar a los creyentes con ideas poco relacionadas con el cristianismo oficial. Existen otros claramente francisquistas, que se inclinan por los más desfavorecidos, promueven una moral más adaptable respecto a los divorciados, admiten a aquellos con otra alternativa sexual, y están dispuestos a dialogar con todos como lo hacía el Papa Francisco.
En relación a las expectativas respecto al próximo cónclave, el intelectual entrevistado por el periodista Washington Uranga, indica que en situaciones de falta de acuerdo, generalmente se busca «alguien más discreto que pueda dialogar con las diferentes partes, preparado para generar un consenso».
Fuente: teleSUR